jueves, 31 de octubre de 2013

En silencio

Una vez me enseñaron en clase de música a escuchar al supuesto señor del silencio. Lo recuerdo y me siento tan cómoda, que me encantaría darle a "rebobinar" en mi vida para verme sentada una vez más en esa clase con mis antiguos compañeros. Eran silencios con risas internas de todos nosotros. El silencio era imposible en esa clase. Siempre lo fue, y siempre quedará constancia de ello en una simple orla de 4º curso de 2009.

El silencio realmente, no existe. Esto me lo enseñó una amiga, un diamante en persona. Me enseñó a que se habían hecho estudios con un hombre metido en una habitación y que llegó a escuchar los latidos de su propio corazón. 

Una vez, no hace mucho, yo estimaba dormir con mi reloj de segundero, me tranquilizaba saber que había algo que sonaba en mi habitación. Ahora ya no lo llevo para dormir. Ahora me pongo boca a bajo cuando me voy a dormir y escucho los latidos de mi propio corazón.


P.M.C